Inmersos en el día a día y en nuestras cuitas, a veces, nos pasan desapercibidos ciertos movimientos que, a la larga, pueden tener una gran importancia.
La pandemia de COVID-19 arrastró a millones de personas a la pobreza extrema y destruyó empresas y trabajos acrecentando las desigualdades en materia de ingresos, empleo y derechos, e intensificando la discriminación y hostilidad hacia las mujeres, los migrantes y los refugiados.