La situación en Gaza se ha vuelto crítica, con un entorno descrito como post-apocalíptico donde los niños mueren de hambre en silencio. Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, advierte que el colapso del sistema humanitario es evidente, ya que incluso los trabajadores de ayuda sufren desmayos por falta de alimentos. La desesperación es palpable entre la población, con testimonios desgarradores de madres que ven a sus hijos llorar por hambre. Desde mayo, aproximadamente 1,500 gazatíes han muerto mientras buscaban comida. Las agencias de la ONU alertan sobre la inminente hambruna y piden un acceso humanitario sin restricciones para aliviar la crisis.