La experta, en su intervención, ha abordado el tema de esta edición: las nuevas realidades en el abordaje integral de la lucha contra la trata de seres humanos y explotación sexual. Sobre esta cuestión ha señalado que ha habido una evolución en materia de cooperación, aunque ha reconocido que todavía queda mucho por hacer.
Así, ha manifestado que este asunto tiene que abordarse a nivel interno y externo: “No podemos perder esa idea que estamos ante un problema transnacional en el que se implican a muchos países con sistemas muy dispares”.
La ponente cree relevante que haya un conocimiento sobre este asunto en Europa, buscando una fórmula de cooperación más eficaz. “Cooperar no es solo poner en común los datos recogidos o las situaciones encontradas, sino que también hay que establecer un sistema de recogida de datos comparables en el que se recopilen las situaciones vulnerables de las mujeres; como su situación familiar, económica o procedencia”, ha reflejado.
Benterrak ha manifestado que no es fácil establecer un trabajo en conjunto en este asunto y ha hecho hincapié en la importancia de que no solo las entidades especializadas asistan a las víctimas, sino también las que no lo son para garantizar sus derechos. “Tenemos que empezar a ‘poner el acento’ donde la legislación es ‘tibia’, no podemos dar la espalda al contexto de prostitución de esos perfiles, y hay que prevenir esta lacra”.
La prostitución en Melilla
El Jefe de Área de Delitos Contra las Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, Salvador Vargas, ha sido la primera en intervenir en la mesa redonda sobre la ‘Realidad de las mujeres en la situación de prostitución en Melilla’, señalando que “la prostitución en la ciudad es un problema complejo que involucra cuestiones económicas, sociales y de género”.
Al igual que Benterrak, considera imprescindible la coordinación y la suma de refuerzos de todas las instituciones para proteger los derechos y la dignidad de las mujeres que son víctimas de trata y explotación sexual.
“Desde que afectó la pandemia, se cerró las fronteras y se cambió el modelo de prostitución. Desaparece la prostitución callejera y clubes de alterne y aparece un nuevo modelo de las viviendas prostíbulos”, ha explicado el Jefe de la UCRIF de Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Melilla, Antonio José Alonso. Ha asegurado que durante la situación de la Covid-19, en su mayoría mujeres marroquís, quedaban atrapadas en Melilla. “La mayoría vivían situaciones irregulares y los proxenetas aprovechaban su situación delicada para que trabajasen con ellos”, ha indicado.
Por su parte, la Coordinadora del Proyecto de Detección de Fiet Gratia, Noelia Jiménez, al hilo de otros participantes de las Jornadas, ha reiterado que la actual prostitución en Melilla “se esconde y, como resultado, es más difícil el contacto con las mujeres que están en riesgo de trata y explotación sexual”.
Ha puntualizado que se está fomentando cada vez más una barrera que provoca que las víctimas no hablen de sus situaciones y no denuncien lo que han sufrido. “Sin demanda no habría trata, ni explotación sexual, ni prostitución”, ha finalizado.
La abogada y coordinadora de Fundación Cruz Blanca Melilla, Hakima Bachir, ha explicado las funciones primordiales que pueden ayudar a las víctimas de trata y explotación sexual: “Concienciar, prevenir y detectar casos de posibles casos de prostitución o incluso de intentos de captaciones en los centros de menores”. Además, ha puntualizado que su entidad trata de ser un apoyo para la administración pública y poner ojos donde no los hay para prevenir la trata y la explotación sexual.
Protección jurídica de víctimas
La abogada del Despacho Solidario de Fiet Gratia, Hanna San Justo Kumin, ha comenzado la última mesa sobre la protección jurídica a víctimas de trata de seres humanos y mujeres prostituidas, en la que ha hablado sobre la dificultad para ajustar los criterios de la exención de responsabilidad penal y administrativa a la realidad de los delitos de trata. “Es importante que las víctimas conozcan sus derechos antes, durante y después del procedimiento”, ha agregado respecto a esta cuestión.
“Tenemos que ser capaces de tener una perspectiva victimocéntrica en el proceso y procedimiento judicial, entendiendo que la protección de la víctima es un valor mismo y ha de ser el propósito de la propia acción procesal”, ha manifestado la Fiscal Jefe de la Fiscalía Área de Melilla, Laura Santa Pau, que ha puesto, además, en relevancia la valoración judicial de medidas específicas, de las declaraciones de la víctima y la colaboración de otras entidades y operadores jurídicos en el caso.
La Asistente Senior de Protección de base comunitaria de ACNUR, Laura Ribera, ve necesario que haya un protocolo local para abordar la protección de las víctimas de trata y explotación sexual. “Para ello es necesario tener unos indicadores de si son hombres, mujeres, niños o niñas; tener en cuenta el contexto geográfico de Melilla; saber qué organizaciones intervienen en la identificación; poner el foco en la identificación de víctimas infantiles para que primen el interés superior del menor; y el vínculo entre la protección internacional y la trata de seres humanos”, ha expuesto.
“Los abogados somos los primeros en llegar y los últimos en irnos”, ha comentado la Secretaria de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Melilla y miembro de la Subcomisión de la Violencia sobre la Mujer del Consejo General de la Abogacía, Francisca Mª Gómez. La abogada ha finalizado las III Jornadas recordando los derechos que tienen las víctimas: asistencia, apoyo y protección; indemnización, derecho a la integración y derechos laborales; y un derecho a un período de reflexión y la tarjeta de residente”.
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