01/05/2025@14:33:30
Inmediatamente, si el beneficio es matar gente, desgraciadamente en las naciones que defienden la vida, aniquilar a cientos de civiles es una acción oscura. La mayoría de las veces, la guerra es el resultado de una amplia gama de situaciones que implican el deterioro de las relaciones políticas y diplomáticas. En muchos casos, las motivaciones son las batallas comerciales asociadas al establecimiento y enfrentamiento de barreras fiscales, donde uno intenta contener el crecimiento del otro. ¿Estamos viendo esta realidad hoy?
Desde el reinicio de los ataques israelíes en Gaza, al menos 322 niños han muerto y 609 han resultado heridos, según informes recientes. En casi 18 meses de conflicto, el número total de niños asesinados supera los 15,000. La situación humanitaria se agrava con la creciente escasez de bienes esenciales, lo que ha llevado al cierre de 25 panaderías y dificulta la distribución de asistencia humanitaria.
Como dice el cantautor Andrés Suárez en una de sus canciones, "si quieres, hacemos el verano algo más largo". Pero aunque siempre fuera deseable, lo cierto es que va llegando a su fin, si bien, por desgracia, no terminarán algunos de los acontecimientos que nos han acompañado en los últimos meses.
La instalación, localizada en el centro de la Franja de Gaza, servía de refugio a miles de palestinos desde que comenzó la guerra. Los informes preliminares dan cuenta de al menos 35 muertos, la mayoría niños y mujeres, y un número indeterminado de heridos. El ataque se produce mientras los organismos humanitarios alertan del alto riesgo de propagación de enfermedades.
Al entrar en el tercer año de guerra, la Misión de derechos humanos en el país señala que se han verificado 30.457 víctimas civiles, de las cuales 10.582 murieron y 19.875 resultaron heridas. Más de 14 millones de personas, casi un tercio de la población de Ucrania, han huido de sus hogares, según la agencia de migraciones. Hasta la fecha, unos 4,5 millones han regresado a casa.
El avance en los últimos tiempos de la militarización de la sociedad en Europa es un hecho evidente, y más si se tiene en cuenta que van a comenzar en breve unas maniobras navales en el Mediterráneo.
“Quien quiera que esté detrás de esto, debe parar inmediatamente”, dijo el director general de la agencia de la ONU que vela sobre la seguridad nuclear de las instalaciones civiles en el mundo, que asegura seguirá trabajando sin rendirse por conseguir una zona segura alrededor de la planta.
El titular de la ONU asegura que la instalación no debe utilizarse como parte de ninguna operación militar. Por el contrario, cree que debe llegarse a un acuerdo urgente a nivel técnico sobre un perímetro seguro de desmilitarización que garantice la seguridad de la zona.
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El orgullo, el egoísmo y la codicia son las mayores amenazas para la estabilidad emocional humana y el progreso ético. Los que ya tienen mucho quieren mucho más, los que han acumulado armas y bombas durante muchos años quieren iniciar una guerra para vender sus productos a otras naciones. Se crean narrativas y provocaciones para inducir a individuos o grupos de todo tipo a generar una guerra por poderes. ¿Quién no ve a las potencias que luchan entre sí utilizando a países más pequeños?
La frase del título de esta reflexión hace referencia a tiempos convulsos como los que estamos viviendo.
Con cientos de miles de niños y niñas heridas, enfermas, desnutridas, traumatizadas o con discapacidad en Rafah, UNICEF pide que no se les traslade a la fuerza y que se proteja la infraestructura vital de la que dependen.
Existe una obra de arte en el cine dirigida por el admirado Terrence Malick que se llama precisamente como el título de esta reflexión; “La delgada línea roja”.
Por Miguel Ortmaetxea
Ni Rusia ni ucrania. El apabullante ganador es el complejo militar industrial de EEUU, el llamado MIC.
El titular de la ONU se muestra además especialmente preocupado por la situación de la central nuclear de Zaporiyia y advierte al Consejo de Seguridad que cualquier escalada de la situación podría llevar a la autodestrucción. También ha asegurado que le preocupa la llegada del invierno y el aumento de las necesidades humanitarias.
David Besley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala desde el Fórum Europa que la erradicación del hambre en el mundo está vinculada al fin de las guerras, un problema que puede solucionarse en un mundo más tecnológico e interconectado.
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