Existe una obra de arte en el cine dirigida por el admirado Terrence Malick que se llama precisamente como el título de esta reflexión; “La delgada línea roja”.
El avance en los últimos tiempos de la militarización de la sociedad en Europa es un hecho evidente, y más si se tiene en cuenta que van a comenzar en breve unas maniobras navales en el Mediterráneo.
“Quien quiera que esté detrás de esto, debe parar inmediatamente”, dijo el director general de la agencia de la ONU que vela sobre la seguridad nuclear de las instalaciones civiles en el mundo, que asegura seguirá trabajando sin rendirse por conseguir una zona segura alrededor de la planta.
El titular de la ONU asegura que la instalación no debe utilizarse como parte de ninguna operación militar. Por el contrario, cree que debe llegarse a un acuerdo urgente a nivel técnico sobre un perímetro seguro de desmilitarización que garantice la seguridad de la zona.
El titular de la ONU se muestra además especialmente preocupado por la situación de la central nuclear de Zaporiyia y advierte al Consejo de Seguridad que cualquier escalada de la situación podría llevar a la autodestrucción. También ha asegurado que le preocupa la llegada del invierno y el aumento de las necesidades humanitarias.
David Besley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala desde el Fórum Europa que la erradicación del hambre en el mundo está vinculada al fin de las guerras, un problema que puede solucionarse en un mundo más tecnológico e interconectado.