El pánico generado entre los miembros de los grupos de mensajería instantánea, provocó que muchos de ellos se personaran en el centro educativo para sacar a sus hijos ante el temor de que les pudiera pasar algo.
El matrimonio detenido ofrecía a sus hijas menores de edad para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Los detenidos, sobre los que pesaba una Orden de Detención Europea, permanecían escondidos en una caseta de obra ubicada en las afueras de la localidad malagueña de Cártama.