La coordinadora humanitaria de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, alertó sobre la grave crisis humanitaria que enfrenta el país, donde casi dos millones de personas sufren niveles de emergencia de hambre. Durante una rueda de prensa, destacó que 1,3 millones están desplazados por la violencia de pandillas y que 3000 han muerto en incidentes relacionados desde principios de año. La falta de financiación para el plan humanitario es alarmante, con solo un 9% recaudado de los 900 millones necesarios. Richardson enfatizó que el destino de Haití no debe ser la miseria y la desesperación, subrayando la necesidad urgente de atención internacional y el fin de la violencia contra mujeres y niños.
La coordinadora humanitaria de las Naciones Unidas en Haití, Ulrika Richardson, ha calificado la situación en el país como "extremadamente difícil", expresando su dificultad para encontrar palabras que describan la crisis actual. En una reciente rueda de prensa celebrada en la sede de la ONU en Nueva York, Richardson reveló que 1,3 millones de personas se encuentran desplazadas debido a la violencia generada por pandillas que asolan la capital haitiana, con un alarmante porcentaje de niños entre los afectados.
Desde el inicio del año, más de 3000 personas han perdido la vida en incidentes relacionados con estas bandas, mientras que casi dos millones de ciudadanos enfrentan niveles críticos de inseguridad alimentaria. La coordinadora subrayó que estas cifras ocultan historias humanas desgarradoras y reflejan, al mismo tiempo, la resistencia del pueblo haitiano.
Richardson compartió relatos conmovedores de mujeres víctimas de violación y personas obligadas a abandonar a sus familiares ancianos o con discapacidades al huir del peligro. Además, hizo hincapié en el deterioro de los servicios básicos y el significativo nivel de desnutrición que afecta a los niños, quienes están en riesgo de ser reclutados por bandas armadas. La situación educativa es igualmente preocupante, con muchas escuelas cerradas y solo el 36% de los hospitales operando plenamente; dos tercios de los principales hospitales están fuera de servicio.
La funcionaria expresó su profunda frustración ante la insuficiencia de una respuesta internacional adecuada a esta crisis. El plan humanitario propuesto, que requiere 900 millones de dólares, ha sido financiado apenas en un 9%, lo que representa el nivel más bajo del mundo. Asimismo, criticó la falta de eficacia en el uso de instrumentos internacionales como sanciones y embargos.
Richardson enfatizó que el futuro de Haití no debe estar marcado por la miseria y la desesperación. A pesar del contexto adverso, destacó que Haití “ha sido una fuente de inspiración para muchos países y regiones del mundo”. En sus declaraciones finales, afirmó: “Creo que aunque Haití haya caído en una espiral negativa, tiene el potencial para levantarse rápidamente; sin embargo, la brutal violencia contra mujeres, niños y jóvenes debe cesar”.
Cifra | Descripción |
---|---|
1,3 millones | Personas desplazadas por la violencia de las pandillas. |
3000 | Personas muertas en incidentes relacionados con pandillas desde principios de año. |
Casi 2 millones | Personas viviendo en niveles de emergencia de inseguridad alimentaria. |
9% | Tasa de financiación del plan de respuesta humanitaria. |
La coordinadora humanitaria de la ONU en Haití describe la situación como extremadamente difícil, con 1,3 millones de personas desplazadas por la violencia de las pandillas y casi dos millones viviendo en niveles de emergencia de inseguridad alimentaria.
Desde principios de año, se ha informado que 3000 personas han muerto en incidentes relacionados con pandillas en Haití.
Los niños enfrentan un alto riesgo de desnutrición significativa y son vulnerables a ser reclutados por bandas armadas. Además, muchas escuelas han cerrado y solo el 36% de los hospitales en la capital están en pleno funcionamiento.
El plan de respuesta humanitaria para Haití, que requiere 900 millones de dólares, ha sido financiado solo con el 9%, lo que representa el nivel más bajo de financiación del mundo.
Richardson enfatiza que el destino de Haití no debe ser miseria y desesperación, y que es crucial poner fin a la brutal violencia contra mujeres, niños y jóvenes para permitir que el país se recupere.