El triunfo premió el buen trabajo defensivo del conjunto español en los dos cuartos finales, en los que los de David Martín dejaron en tan sólo dos goles a su rival. España se enfrentará en las semifinales con el vencedor del duelo entre Italia y Serbia.
Esta eficacia atrás contrastó con los seis tantos que encajó en los dos primeros parciales (6-6) el equipo español, al que le costó lo indecible descifrar la fórmula para poder contener a los jugadores norteamericanos, especialmente en las situaciones de inferioridad, en las que que Estados Unidos supo aprovechar en un altísimo porcentaje.
Esta circunstancia condenó a España a verse por detrás en el marcador (4-3) al inicio del segundo cuarto, tras un nuevo gol de Hanner Daube, que comenzó a convertirse en una pesadilla.
Pero la selección española, que cerró la primera fase con pleno de victorias, no estaba dispuesta a que nada, ni nadie, le apartase de unas semifinales olímpicas que llevaba aguardando desde hace veintiún años.
Aferrado al brazo Álvaro Granados, que firmó dos tantos en el segundo parcial, el conjunto español logró llegar igualado (6-6) a un descanso, que sirvió para aclarar las ideas en defensa a la selección.
Y es que el parón no pudo sentar mejor a los de David Martín, que no sólo lograron anular por completo a Daube, que no volvió ya a marcar, sino a todo el conjunto norteamericano.
Esta mejoría permitió acabar con la sangría que habían supuesto las situaciones de inferioridad para el equipo español, que en los dos últimos períodos sólo concedió gol en una de las ocho ocasiones en las que estuvo con un hombre menos.
Pero ni aún así logró España descolgar en el marcador a una selección de Estados Unidos, que, sustentada en la paradas del guardameta Alex Wolf, logró alcanzar el último cuarto con tan sólo un gol de desventaja en el marcador (6-7)
El conjunto español comenzó a abrir realmente brecha a poco más de cinco minutos para la conclusión al transformar Alberto Munarriz la pena máxima con la que fue castigado el equipo norteamericano por volver a la piscina uno de sus jugadores antes de cumplir íntegramente su tiempo de suspensión.
España no desaprovechó este error para situarse con una renta de dos goles que el boya Roger Tahull aumentó un minuto más tarde con el gol (7-10), que acabó por sentenciar definitivamente el triunfo del equipo español.
Y es que pese a que los norteamericanos lo siguieron intentado hasta el final, la defensa española no dio pie a ningún tipo de sorpresa, como reflejó el 8-12 final, que permitirá a España volver a pelear, veintiún años después, por las medallas en unos Juegos Olímpicos.