Madrid se rindió ante una Isabel Díaz Ayuso que ha cabalgado contra el Gobierno central, e incluso contra sus propios compañeros de partido y líderes regionales, desde el comienzo de la pandemia. La "libertad" venció a lo que la nueva jefa de la oposición, Mónica García, denominó la "razón", y la Comunidad agradeció en forma de votos el "egoísmo" de la que volverá a ser presidenta regional con respecto al resto de autonomías. ¿Los primeros damnificados? Ciudadanos, por supuesto, y Pablo Iglesias, que no pudo hacer otra cosa que dimitir.