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Préstamos rápidos para tiempos difíciles: qué son y cómo pedirlos

Préstamos rápidos para tiempos difíciles: qué son y cómo pedirlos

Este novedoso producto económico es el bote salvavidas de muchos que pasan por apuros de dinero.

Por Redacción
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admincibelesnet/5/5/13
cibeles.net
miércoles 20 de diciembre de 2017, 11:21h

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Época de frío, de comidas calientes, de villancicos, de reencuentros y de gastos. Estamos alcanzando la recta final de diciembre, lo que significa que las navidades están a la vuelta de la esquina y, con ellas, el momento de abrir la cartera y empezar a ver volar el dinero. Una cita, una cena con familiares, una extensa lista de regalos... Hay miles de factores que acompañan a estas fiestas y apuntan siempre a la misma dirección.

Por algo todo el mundo piensa en enero como en una dura y peligrosa cuesta. La cantidad de veces que se nos restan pequeñas cuantías a los ahorros en estas fechas hace que, en muchos hogares, las cifras comiencen a alcanzar unos tonos rojizos muy poco agradables. Una situación que en otros tantos, se convierte casi en una desagradable tónica habitual.

Ahora, gracias al movimiento de las entidades financieras, tenemos la figura de los préstamos rápidos, unos productos económicos que se alejan de cualquier complicación y problema para ofrecer cantidades de dinero no demasiado elevadas pero sí rápidas. Pensados para satisfacer una necesidad creciente de forma eficaz y sin dejarse llevar por la burocracia tan tediosa y característica que solía caracterizar a la solicitud de cualquier tipo de crédito a un banco.

Estos créditos dejan claro con su nombre lo que suponen. Para hogares donde hace falta una inyección rápida de capital o para esos gastos inesperados, son la mejor forma de salir del paso sin preocuparse en demasía. Aunque, evidentemente, hay que valorar debidamente la posibilidad de devolverlos en los plazos adecuados.

¿Qué es exactamente un préstamo rápido?

Un préstamo rápido es un tipo de préstamo que se tramita en cuestión de minutos. A diferencia de los tradicionales, solicitados sobre todo a entidades bancarias, estos no requieren de reuniones, citas concertadas ni tiempos de espera, además de dejar a un lado todos los complicados papeleos.

Son una medida veloz que puede suponer un ingreso de dinero al solicitante en cuestión de minutos u horas. Sin más esperas, sin avales e incluso sin nóminas. La herramienta perfecta para gastos de última hora o imprevistos urgentes que requieran un pago rápido y que no se puedan sufragar de ninguna manera. Con estos, otorgados por infinidad de entidades financieras, estos problemas se resuelven en una cantidad de tiempo ínfima.

Generalmente, la cuantía media a solicitar es de 300 euros en un plazo de 30 días. Sin embargo, como bien se puede ver en buscadores del estilo de Mil Créditos Rápidos (portal especializado), las variantes son casi infinitas. Algunas financieras dan incluso mil euros o quinientos en plazos muy diferentes, aunque siempre con la flexibilidad y la velocidad como elementos definitorios.

¿Cómo se pide un préstamo rápido?

El medio más habitual para realizar este procedimiento es a través de internet. La solicitud se convierte así no solo en algo rápido, sino también en algo cómodo, ya que puedes tramitarlo todo desde el sofá de tu salón y sin nada más que un teléfono móvil con conexión a la red.

Entrando al portal web de cualquier entidad financiera que ofrezca préstamos rápidos puedes comenzar a realizar unos sencillos pasos que desgranamos a continuación: indicar la cantidad a solicitar, definir el plazo de devolución e introducir datos personales. Tras esto, se recibe una respuesta en cuestión de segundos para aprobar o denegar el crédito pedido.

Si se aprueba, el ingreso puede llegar a efectuarse en cuestión de minutos. En caso de no ser así, el plazo máximo es de 24 horas. De esta forma, en caso de estar en una situación urgente que requiera de un pago rápido, puede solucionarse en poco tiempo.

¿Y con ASNEF?

Si tu nombre figura en algún listado de ASNEF, el procedimiento añade algún paso adicional, aunque apenas difícil. La entidad necesita que confirmes tu solvencia de alguna forma. Una nómina o cualquier otro documento que demuestre que hay un flujo de dinero constante, que el solicitante dispone de liquidez suficiente para poder pagar el préstamo. Nada más.

Es posible que, también, el plazo se prolongue algo más, aunque no de forma considerable, por la necesidad de comprobar estos datos adicionales.

Son rápidos, son muy fáciles de pedir y además echan por tierra cualquier idea preconcebida que se pueda tener sobre ellos. Los créditos rápidos son un modelo completamente nuevo y adaptado a las necesidades de los tiempos que corren. Gracias a ellos, los problemas económicos pueden quedar en el pasado, y sobre todo esos casos urgentes que a veces parecen asfixiarnos por completo.

Todo un acierto por parte de las financieras el adoptar este modelo tan necesario. Para fechas como estas, que suelen traer consigo un flujo constante de gastos, son una muy buena forma de respirar con tranquilidad.

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