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Pamplona: que me devuelvan el carnet del PSOE
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Pamplona: que me devuelvan el carnet del PSOE

Por José Luis Úriz

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La noticia bomba del 13 de diciembre ha sido el acuerdo entre PSN y EH Bildu para arrebatar a la derecha de UPN el ayuntamiento de Pamplona.

A partir de ahí declaraciones, enfrentamientos, cabreo límite de la derecha tanto navarra como nacional.

Ha sido un verdadero placer observarlo todo desde la barrera de la distancia en la actividad política.

Después debate en una radio local, Eguzki Irratia, con Eneko Compains figura relevante de la izquierda abertzale, profesor de derecho constitucional en la UPV, curiosamente esta vez sí en sintonía absoluta.

En el debate surge la historia, cómo fui expulsado del PSN-PSOE en 2010 por defender durante años lo que ese día acababan de hacer.

Esa medida disciplinaria extrema se tomó según consta en su sumario, por supuestamente haber dedicado el cohete de mi pueblo, Villava-Atarrabia, a su máximo dirigente Arnaldo Otegi.

Falso. No dediqué el cohete a Otegi tal como demostré con multitud de pruebas de video y audio, simplemente la noche anterior reflexioné sobre en quién pensaría a la hora de lanzarlo y una de las personas que cité fue precisamente a él junto a otros como Odón Elorza, Montse Tura del PSC o Patxi Zabaleta.

Argumentando que lo hacía por su trabajo en el seno de esa izquierda abertzale en transformación, a través de la alternativa Bateragune hacia una posición democrática por la que ahora transitan. Como citaba el ministro Puente, Bildu es una partido democrático y progresista. Chapó.

Cuestiones del destino conozco ahora, que quién ha llevado las negociaciones para ese cambio en Pamplona junto a Ramón Alzórriz ha sido Miren Zabaleta, precisamente otra de las impulsoras de Bateragune junto a Otegi. O sea que parece que yo tenía razón.

Probablemente no fui expulsado en aquella ocasión por algo que bien sabían no hice, lo fui por defender durante años, especialmente desde el fin de la violencia de ETA, abrir vías de comunicación y acuerdo con ese mundo. Por esa razón me impliqué a fondo en intentar evitar lo que se llamó el “agostazo” de 2007.

Viví en minoría y a menudo en soledad la defensa de esa acción política, entendiendo que era mucho más lo que nos unía en lo ideológico, dejando aparte lo que nos separaba en lo identitario.

Siempre he considerado que la diferencia realmente profunda que existe en la praxis política es entre la derecha y la izquierda.

Ahora de pronto me encuentro rodeado de compañeras y compañeros que parece piensan como yo. Bienvenidos al club. Ya no me siento solo.

A veces es terrible ir por detrás de la historia, aunque también puede ser nefasto como en mi caso ir por delante.

Escucho a compañeros socialistas como Ramón Alzórriz, o María Chivite, como antes a Santos Cerdán y no quiero recordar sus posiciones cuando se confrontaban conmigo en un pasado no demasiado lejano.

Prefiero quedarme sólo con que su caída del caballo como San Pablo les sitúa ahora junto a mí que llevaba demasiados años esperándoles.

Bienvenidos compañeros, me hace muy feliz veros aquí, solo espero que como en mi caso lo hagáis por motivos estratégicos y no sólo meramente tácticos. Sería deprimente.

Para ello lo ocurrido en Pamplona debe tener su continuidad en la misma línea en Barañáin, Estella y Egüés. No se entendería que a iguales circunstancias diferentes resultados.

Comienza un nuevo tiempo que quizás como decía el ahora desnortado Alfonso Guerra puede llevar a una España que no la conozca ni la madre que la parió.

Ahora eso, después Euskadi (gobierno Bildu-PSE), Catalunya (gobierno PSC-ERC-Comunes) y en 2024 referéndums de acuerdo con la constitución y su artículo 92.

Creo que si se hicieran en primavera los ganaríamos de manera amplia quienes apostamos por una España unida, por un estado federal plurinacional, una nación de naciones y dejaríamos el tema zanjado al menos por unos años.

Solo queda que me devuelvan mi carnet injustamente arrebatado y que en los últimos años he vuelto a solicitar hasta en cinco ocasiones con silencio por respuesta, después de unos años de militancia en el PSC que sí fue capaz de aceptarme.

Veremos…

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