Los líderes mundiales han adoptado una declaración histórica en la Asamblea General de la ONU, que aborda las enfermedades no transmisibles y la salud mental. Este documento establece metas ambiciosas para 2030, incluyendo reducir en 150 millones el número de consumidores de tabaco, aumentar en 150 millones las personas con hipertensión controlada y garantizar acceso a servicios de salud mental para otros 150 millones. La declaración también resalta la importancia de implementar políticas efectivas y asegurar financiamiento adecuado para enfrentar estos desafíos sanitarios globales.
En un esfuerzo por enfrentar dos de las principales crisis sanitarias a nivel global, líderes internacionales han aprobado una declaración política histórica durante la Asamblea General de la ONU. Este documento une, por primera vez, la lucha contra las enfermedades no transmisibles con la promoción de la salud mental.
La declaración, titulada Equidad e integración: transformar vidas y medios de subsistencia mediante el liderazgo y las medidas en materia de enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar, establece objetivos concretos para 2030 y representa un enfoque renovado tras los efectos de la pandemia de COVID-19.
Este documento marca un avance significativo al establecer tres objetivos globales «de vía rápida» para 2030:
Para alcanzar estas metas, se definen también objetivos nacionales que incluyen que al menos el 80% de los países implementen políticas, legislaciones y medidas fiscales adecuadas. Además, se busca que un porcentaje similar de centros de atención primaria disponga de medicamentos y tecnologías esenciales a precios accesibles.
Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, el cáncer y la diabetes, son responsables de 18 millones de muertes prematuras anuales. Por su parte, los trastornos mentales afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo. Ambas categorías comparten factores de riesgo prevenibles como dietas poco saludables, consumo excesivo de tabaco y alcohol, así como contaminación del aire.
"La adopción de estas metas audaces es un testimonio del compromiso de los Estados Miembros para proteger la salud de su gente", afirmó el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Juntos podemos cambiar la trayectoria relacionada con las enfermedades no transmisibles y la salud mental".
La declaración incorpora lecciones aprendidas durante la pandemia y aborda áreas como la salud oral, los cánceres infantiles y los daños digitales, incluyendo problemas derivados del uso excesivo de pantallas. También se consideran diferentes determinantes ambientales, como la contaminación del aire.
Afrontando el complejo panorama económico actual, el texto hace un llamado a los países para asegurar un financiamiento adecuado y predecible, promoviendo tanto mayores inversiones internas como una cooperación internacional fortalecida. Se posicionan las enfermedades no transmisibles y la salud mental como elementos centrales para el desarrollo sostenible y la justicia social, lo que requiere un enfoque inclusivo que involucre a toda la sociedad.
Dicha declaración establece las bases para una nueva estrategia. El Secretario General de la ONU informará sobre el progreso hacia estos objetivos antes del próximo encuentro a alto nivel. La OMS junto con otras agencias pertinentes apoyarán a los Estados Miembros en convertir estos compromisos en acciones concretas a nivel nacional, garantizando así una rendición de cuentas desde ahora hasta 2030 y más allá.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 150 millones | Menos consumidores de tabaco |
| 150 millones | Más personas con hipertensión controlada |
| 150 millones | Más personas con acceso a atención de salud mental |
| 18 millones | Muertes prematuras anuales por enfermedades no transmisibles |
| Más de mil millones | Personas afectadas por trastornos de salud mental |
Los líderes mundiales han adoptado una declaración política histórica en la Asamblea General de la ONU que combina por primera vez la lucha contra las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental.
La declaración establece tres objetivos globales «de vía rápida» para 2030: reducir en 150 millones el número de consumidores de tabaco, aumentar en 150 millones el número de personas con hipertensión controlada y asegurar que 150 millones más tengan acceso a atención de salud mental.
La declaración representa un avance significativo al abordar dos de las mayores cargas sanitarias globales y busca mejorar la salud pública tras la pandemia de COVID-19, integrando enfoques sobre enfermedades no transmisibles y salud mental.
Ambos grupos de afecciones comparten factores de riesgo prevenibles como dietas poco saludables, consumo de tabaco y alcohol, y contaminación atmosférica.
La declaración insta a los países a asegurar financiamiento adecuado y predecible mediante mayor financiación interna y cooperación internacional reforzada.
El Secretario General de la ONU informará sobre el progreso hacia estas metas antes de la próxima Reunión de Alto Nivel.