La Misión de mantenimiento de la paz de la ONU se prepara para observar el alto el fuego en la República Democrática del Congo, donde la enviada Bintou Keita expresa su comprensión hacia la población afectada por años de conflicto. A pesar de las dificultades diarias, Keita asegura que el gobierno congoleño y la comunidad internacional están comprometidos con la búsqueda de la paz. La MONUSCO está trabajando en contacto directo con comunidades y grupos armados para fomentar el desarme y la reintegración. Además, se están llevando a cabo esfuerzos diplomáticos para abordar la situación, incluyendo acuerdos recientes entre Congo y Ruanda. La misión también refuerza su labor de protección a civiles en zonas de conflicto y promueve la participación de mujeres en procesos de mediación.
La Misión de mantenimiento de la paz de la ONU se encuentra en proceso de preparación para observar el alto el fuego que se establezca, aportando su experiencia en el contacto directo con comunidades y grupos armados. Este esfuerzo busca crear conciencia sobre el desarme, la desmovilización y la reintegración.
Bintou Keita, enviada de la ONU, ha expresado su comprensión hacia la impaciencia de la población del este de la República Democrática del Congo (RDC), agotada tras años de conflicto. Sin embargo, les ha instado a no perder la esperanza, asegurando que tanto el gobierno congoleño como las Naciones Unidas y la comunidad internacional están «decididos» a restaurar la paz en la región.
En una entrevista exclusiva con Noticias ONU, Keita manifestó su deseo de transmitir «compasión» y «empatía» hacia quienes sufren en esta crisis. La jefa de la Misión de Paz de las Naciones Unidas en RDC (MONUSCO) subrayó la resiliencia del pueblo congoleño, quien enfrenta dificultades diarias.
A lo largo de décadas, diversos grupos armados han operado en el este del país, donde amplias áreas están bajo control del movimiento rebelde M23. Keita destacó los esfuerzos diplomáticos que se están llevando a cabo, aunque reconoció que aún existe una brecha considerable para traducir estos esfuerzos en resultados concretos sobre el terreno.
Sobre los procesos de paz impulsados desde Washington y Doha, recordó que los acuerdos firmados en Washington el 27 de junio por los ministros de Asuntos Exteriores de Congo y Ruanda son un paso significativo. A pesar del apoyo alegado por Ruanda a los rebeldes del M23, el gobierno de Kigali sostiene no brindar apoyo militar al grupo rebelde.
Asimismo, mencionó que la Declaración de Principios firmada en Doha el 19 de julio establece un marco para un alto el fuego permanente entre la Alianza Río Congo/M23 y el Gobierno congoleño bajo mediación qatarí. Aunque MONUSCO no está directamente asociada con estas conversaciones, se prevé un papel para ella una vez se logre un alto el fuego.
La Misión de mantenimiento de la paz está preparándose para observar el alto el fuego, aportando su experiencia especialmente en contactos directos con comunidades y grupos armados para fomentar el desarme y reintegración. En cuanto a la participación femenina en estos procesos, Keita enfatizó que se trabaja a nivel comunitario para capacitar a mujeres congoleñas en mediación local.
A medida que se espera un retorno a la paz, MONUSCO continúa cumpliendo su mandato diario: proteger a civiles en las zonas conflictivas del este del país africano. Las fuerzas mantienen bases operativas en Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, ofreciendo refugio a quienes se encuentran amenazados.
Bintou Keita también destacó otras formas de protección para aquellos que no pueden llegar a las bases debido al peligro. La misión cuenta con redes telefónicas que permiten mantener contacto con personas vulnerables y asegurar su protección mediante ayudas directas o indirectas.
Además, MONUSCO supervisa violaciones a los derechos humanos en áreas controladas por el M23. Desde finales de enero pasado, este grupo tomó control sobre Goma y Bukavu, capitales respectivamente de Kivu del Norte y Kivu del Sur.
En Ituri, donde operan otros grupos armados, Keita afirmó que MONUSCO mantiene una «excelente relación» con las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC), lo cual facilita operaciones conjuntas. También destacó la presencia bilateral del ejército ugandés y cómo esto mejora las relaciones laborales y coordinación entre fuerzas.
Aumentar las patrullas es parte fundamental para responder ante ataques del grupo armado Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). La movilidad es clave para hacer frente a esta situación compleja; así, la colaboración entre las FARDC y MONUSCO permite implementar estrategias efectivas ante los desafíos actuales.
La Misión de mantenimiento de la paz de la ONU se está preparando para observar el alto el fuego cuando se establezca y aportar su experiencia, especialmente en términos de contactos directos con comunidades y grupos armados para crear conciencia sobre el desarme, la desmovilización y la reintegración.
Se están llevando a cabo esfuerzos diplomáticos significativos, aunque aún existe una brecha amplia para traducir estos esfuerzos en resultados concretos sobre el terreno. Las Naciones Unidas, las autoridades gubernamentales congoleñas y la comunidad internacional están decididas a encontrar la paz en la región.
Aunque no está directamente asociada con las conversaciones de paz, la Misión de Paz MONUSCO prevé un papel cuando haya un alto el fuego establecido, según lo mencionado en los acuerdos firmados en Washington y Doha.
MONUSCO cumple diariamente su mandato de proteger a los civiles en las zonas de conflicto del este del país africano, manteniendo bases que sirven como refugio y utilizando redes telefónicas para asegurar protección indirecta a quienes no pueden llegar a sus bases.
MONUSCO tiene una excelente relación con las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC), lo que permite operaciones conjuntas y una buena comprensión mutua del papel y mandato de cada uno.