Una de cada tres personas LGTBI+ en España ha tenido que sexiliarse o lo ha considerado a lo largo de su vida, según el informe ‘Estado del Odio LGTBI+: Sexilio’ de la Federación Estatal LGTBI+ y la Universidad de Salamanca. Este estudio revela que el 13% del colectivo cambió de residencia por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad o expresión de género, mientras que un 21,5% lo ha contemplado. El sexilio se presenta como una expulsión forzada debido a la falta de entornos seguros y la violencia persistente, afectando especialmente a personas trans y racializadas. La investigación destaca la necesidad urgente de políticas públicas inclusivas que aborden este fenómeno y garanticen los derechos humanos para todos, sin importar su lugar de residencia.
La Federación Estatal LGTBI+, en colaboración con la Universidad de Salamanca, ha presentado el informe Estado del Odio LGTBI+: Sexilio, un estudio pionero en España que examina de manera sistemática el fenómeno del abandono del hogar por parte de personas LGTBI+ debido a su orientación sexual, identidad o expresión de género. Este análisis revela que el sexilio no es un problema del pasado; sigue ocurriendo hoy en día, afectando a muchas personas en diversos contextos.
El informe se basa en la encuesta Estado LGTBI+ 2025, que incluye 800 entrevistas representativas. Los resultados muestran que el 13% de las personas encuestadas ha cambiado de residencia por motivos relacionados con su identidad, mientras que un 21,5% ha considerado esta opción. En total, más de un tercio del colectivo ha experimentado o contemplado el desplazamiento como única alternativa para vivir sin miedo al rechazo.
La falta de entornos seguros y el temor a la violencia empujan a muchas personas a abandonar sus hogares, familias y redes de apoyo. Esta situación no es una elección voluntaria, sino una expulsión forzada que continúa operando silenciosamente en diferentes partes del país.
El informe destaca que el sexilio afecta a todo el espectro LGTBI+, pero tiene un impacto desproporcionado en las personas trans y racializadas, cuyas tasas de desplazamiento son superiores a las del resto del colectivo. Este patrón evidencia cómo la discriminación se entrelaza con desigualdades territoriales y sociales, convirtiendo la migración en una necesidad más que en una opción.
A diferencia de la percepción tradicional del sexilio como un éxodo rural hacia las ciudades, los datos indican que el 43,4% de las personas desplazadas proviene de grandes ciudades. Solo un 13,5%% proviene de entornos rurales. Más de la mitad busca refugio en capitales autonómicas u otras grandes urbes, lo que pone de manifiesto que este fenómeno es urbano y multicausal, relacionado estrechamente con la búsqueda de seguridad y oportunidades.
A pesar de las motivaciones para migrar —como vivir sin ocultarse o escapar del rechazo—, el desplazamiento no siempre garantiza una vida mejor. El informe revela que el 17,3%% de las personas sexiliadas ha vivido en la calle y un 22,1%% ha residido en viviendas inadecuadas. Además, los indicadores de salud mental reflejan la carga emocional asociada al desplazamiento: un 11,5%% vive con miedo constante y un 8,7%% presenta síntomas depresivos continuos.
El sexilio tiene particular relevancia entre los jóvenes. Según el estudio 3501 del Centro de Investigaciones Sociológicas, publicado en enero de 2025, un 25,8%% de los menores de 30 años se identifican como parte del colectivo LGTBI+. Sin embargo, muchos enfrentan dificultades para ejercer sus derechos plenamente. La encuesta indica que un 16,3%% ha tenido que cambiar su lugar de residencia debido a su orientación sexual o identidad.
Aun así, este desplazamiento también representa una estrategia para construir vidas plenas: un 38,3%% se desplaza para poder expresarse libremente y otro 31,9%% lo hace para desarrollar proyectos personales con expectativas reales.
"El sexilio no es una elección; es una expulsión silenciosa", afirma Jesús A. Muñoz, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación Estatal LGTBI+. "Este fenómeno refleja cómo la discriminación se cruza con otras desigualdades". Por ello, Muñoz demanda políticas públicas inclusivas y descentralizadas que garanticen los derechos humanos fundamentales para todos los ciudadanos independientemente de su lugar de residencia.
A través de medidas específicas dirigidas a poblaciones vulnerables y redes comunitarias que prevengan exclusiones sociales derivadas del sexilio, Muñoz subraya la importancia urgente de abordar esta problemática desde múltiples ángulos para asegurar una vida digna para todas las personas LGTBI+ en España.
NOTA. INFORME SEXILIO-29092025
Cifra | Descripción |
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13% | Personas del colectivo que cambiaron de residencia por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad o expresión de género. |
21.5% | Personas que han considerado cambiar de residencia por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad o expresión de género. |
40% | Porcentaje total de jóvenes LGTBI+ que ha vivido o contemplado el desplazamiento forzoso como única vía para ser quienes son. |
17.3% | Porcentaje de personas sexiliadas que ha vivido en la calle. |
El sexilio se refiere al abandono del hogar de las personas LGTBI+ por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género. Este fenómeno sigue ocurriendo en la actualidad y está relacionado con la discriminación y la falta de entornos seguros.
Según el informe, una de cada tres personas LGTBI+ en España ha tenido que sexiliarse o lo ha considerado a lo largo de su vida. Esto incluye un 13% que cambió de residencia y un 21,5% que se lo ha planteado.
El sexilio afecta a todo el espectro del colectivo LGTBI+, pero tiene un impacto especialmente significativo en personas trans y racializadas, cuyas tasas de desplazamiento son más altas que las del resto de la población LGTBI+.
Las motivaciones incluyen la necesidad de vivir sin ocultarse, escapar de la discriminación, la violencia o el rechazo familiar, y acceder a referentes y redes de apoyo.
El informe revela que un 40% de los jóvenes LGTBI+ ha vivido o contemplado el desplazamiento forzoso como única vía para ser quienes son sin temor al rechazo. Muchos jóvenes abandonan pueblos o pequeñas ciudades buscando entornos más seguros.
Se requieren políticas públicas inclusivas y descentralizadas que aseguren derechos humanos para todas las personas LGTBI+, evitando que tengan que huir por motivos relacionados con su identidad o sexualidad.