La Cumbre sobre el Clima 2025, que se celebrará en Nueva York, busca abordar la creciente brecha entre el impacto del cambio climático y la respuesta política. Con inundaciones, incendios y calor extremo como telones de fondo, el Secretario General de la ONU presionará a los países para que refuercen sus compromisos climáticos antes de la COP30 en Brasil. La cumbre no será una negociación formal, sino un evento donde se esperan anuncios concretos de líderes mundiales. Se enfatiza la necesidad de acciones audaces para reducir las emisiones y garantizar financiación adecuada para enfrentar los desafíos climáticos, destacando que para muchas comunidades afectadas, esto no es solo una cuestión de oportunidad, sino de supervivencia.
En este contexto, el Secretario General de la ONU ha convocado una Cumbre sobre el Clima durante la semana de alto nivel de la Asamblea General, instando a las naciones a intensificar sus compromisos climáticos antes de la próxima Conferencia sobre el Cambio Climático (COP30), programada para noviembre en Belém, Brasil.
El evento del 24 de septiembre en la sede de la ONU no será un espacio de negociación, sino un foro donde se anticipan anuncios concretos por parte de líderes gubernamentales, empresas y representantes de la sociedad civil.
Los firmantes del Acuerdo de París tienen un mandato claro: presentar medidas nuevas o actualizadas que reflejen una "acción audaz para la próxima década". António Guterres ha enfatizado que los compromisos actuales son insuficientes y solo una minoría de países cuenta con planes vigentes para 2025.
Según datos proporcionados por ONU Cambio Climático, las propuestas actuales apenas lograrían reducir las emisiones un 2,6% para 2030 respecto a 2019, muy lejos del 43% necesario para limitar el calentamiento global a 1,5°C.
La Cumbre representa tanto presión como oportunidad. Los líderes mundiales deberán demostrar cómo implementarán sus medidas y cómo estas se alinean con una transición energética hacia fuentes limpias.
La urgencia está marcada por realidades científicas y políticas. El año 2024 fue el más caluroso registrado, alcanzando un incremento de 1,6°C sobre los niveles preindustriales. En este panorama político fragmentado, Estados Unidos, uno de los mayores emisores históricos, abandonó el Acuerdo de París en 2025, generando incertidumbres sobre la financiación climática prometida a los países en desarrollo.
A pesar de estos desafíos, hay señales alentadoras: la inversión en energías limpias superó los dos billones de dólares en 2024, superando por primera vez a los combustibles fósiles. Iniciativas como el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles están ganando apoyo. La Cumbre evaluará si estos avances pueden consolidarse.
Los resultados obtenidos en Nueva York influirán significativamente en la COP30 en Belém, donde se abordarán temas cruciales como justicia climática, protección forestal y energías renovables. Los observadores estarán atentos a tres aspectos fundamentales:
Para la ONU, esta Cumbre es esencial para reconstruir la confianza en el multilateralismo, demostrando que las acciones climáticas pueden generar beneficios económicos y sociales. Sin embargo, para comunidades afectadas por inundaciones en Pakistán e India o sequías en el Cuerno de África, esta situación no es una cuestión de oportunidades sino una lucha por su supervivencia.
Aunque la Cumbre del mes próximo no sustituye a la COP30, podría resultar igual de decisiva si logra establecer compromisos audaces y financiar adecuadamente acciones claras sobre combustibles fósiles. El futuro del Acuerdo de París está en juego.
Aparte de los discursos oficiales, durante esta semana también se llevarán a cabo Diálogos de Soluciones. Estas sesiones temáticas reunirán a gobiernos locales, empresas y miembros de la sociedad civil junto a líderes nacionales para abordar cinco áreas centrales:
Todas las ideas clave surgidas durante estos diálogos serán recopiladas en un Resumen del presidente que se presentará al final del evento programado para el 24 de septiembre.
Cifra | Descripción |
---|---|
1,6°C | Aumento de temperatura sobre niveles preindustriales |
2,6% | Reducción de emisiones para 2030 respecto a 2019 |
43% | Reducción necesaria de emisiones para limitar el calentamiento a 1,5°C |
$789 millones | Financiación comprometida para el Fondo de Pérdidas y Daños |
$2 billones | Inversión en energías limpias en 2024 |
La Cumbre tiene como objetivo presionar a las naciones para que aumenten sus compromisos climáticos antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP30) y demostrar cómo ejecutarán sus medidas alineadas con la transición energética hacia energías limpias.
Se espera que los líderes presenten planes concretos para cerrar la brecha de emisiones, escalar la financiación climática y reconocer que expandir combustibles fósiles es incompatible con los objetivos del Acuerdo de París.
La urgencia está marcada por datos científicos que indican un aumento acelerado del cambio climático y un escenario político fragmentado, lo que requiere acciones inmediatas y efectivas para abordar la crisis climática.
Los Diálogos de Soluciones abordarán cinco áreas: mitigación, adaptación, finanzas, integridad de la información y otras áreas transversales como sistemas alimentarios y transiciones justas.
Los resultados de la Cumbre marcarán el tono para la COP30 en Belém, centrándose en justicia climática, protección forestal y energías renovables. Sin progreso en áreas clave, podría haber promesas incumplidas en la COP30.