António Guterres, Secretario General de la ONU, advierte sobre la creciente crisis global que enfrenta el mundo, caracterizada por conflictos bélicos, cambio climático y desigualdad. En vísperas de la 78ª Asamblea General de la ONU, Guterres enfatiza la necesidad urgente de multilateralismo y diálogo para abordar estos desafíos. Destaca que muchos países en desarrollo están asfixiados por la deuda y carecen de acceso a financiación adecuada. Además, subraya la importancia de una solución pacífica al conflicto israelí-palestino y reformas en la arquitectura financiera global para representar mejor las necesidades actuales. Guterres se muestra determinado a encontrar soluciones a través de la cooperación internacional.
Las amenazas globales se intensifican, con conflictos bélicos en aumento, el cambio climático descontrolado, una impunidad generalizada, una deuda asfixiante y una desigualdad que persiste. En este contexto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, sostiene que la única salida viable es a través del diálogo, el multilateralismo y la diplomacia.
En la antesala del Debate General de la 78ª Asamblea General, Guterres ofreció un análisis preocupante sobre el estado actual del mundo, enfatizando la necesidad urgente de fortalecer el multilateralismo. “Estamos ante una crisis global”, aseguró en una entrevista con Noticias ONU, destacando que las divisiones geopolíticas actuales obstaculizan la resolución efectiva de los crecientes conflictos.
“Hay una sensación de impunidad – cada país cree que puede hacer lo que quiera”, advirtió Guterres. Este fenómeno genera un círculo vicioso donde las naciones observan a las potencias y se sienten legitimadas para satisfacer sus ambiciones mediante la guerra.
Ante esta alarmante realidad, su mensaje a los líderes mundiales es claro: “Vengan aquí y cambien la marea. Vengan aquí y entiendan que la cooperación internacional es vital en un momento como este”.
La crisis es compleja. Por un lado, los países en desarrollo enfrentan “dificultades enormes” y muchos se encuentran ahogados por la deuda sin acceso a financiación favorable. Por otro lado, el cambio climático sigue sin control y existe un riesgo real de no lograr mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados. A esto se suma el avance tecnológico desregulado que amplifica “el discurso de odio” y polariza aún más a las sociedades.
Para cada uno de estos desafíos, Guterres propone acciones coordinadas a través de la ONU. En términos de paz, demanda “negociaciones y mediaciones necesarias para al menos crear esperanza”. Subrayó la urgencia de alcanzar una solución de dos Estados para Israel y Palestina y solicitó un cese al fuego inmediato en Gaza.
En relación con la emergencia climática, instó a los Estados a presentar planes nacionales alineados con el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados, lo que implica “una reducción drástica de emisiones”. En cuanto a la inteligencia artificial, aboga por establecer formas de gobernanza que preserven la agencia humana y transformen esta tecnología en una fuerza positiva.
Respecto al sistema financiero global obsoleto e injusto, Guterres pide reformas que den voz a los países en desarrollo y multipliquen los recursos disponibles. “Nuestra arquitectura financiera internacional proviene de la Segunda Guerra Mundial y ya no refleja el mundo actual”, enfatizó.
Cuando se le preguntó si alguna vez siente desesperanza, Guterres respondió con firmeza: “Nunca”. Citando a Jean Monnet, declaró: “No soy optimista ni pesimista; estoy determinado”. Esta determinación también se extiende hacia la propia ONU, que enfrenta una grave crisis financiera que ha llevado a recortes significativos en operaciones humanitarias y de paz.
Su mensaje para los Estados miembros es contundente: “Deben cumplir con sus obligaciones” financieras; de lo contrario, “tendremos que hacer recortes drásticos (…) con terribles consecuencias para las personas”. En un mundo donde 122 millones están desplazados forzosamente y las economías están al borde del colapso mientras el planeta se recalienta, Guterres reafirma que solo mediante cooperación y diálogo en el foro multilateral se podrá encontrar una salida.
“Lo que sucede en cualquier parte del mundo afecta nuestras vidas”, concluyó. “Nuestra casa es nuestro mundo; los problemas en cualquier lugar son nuestros problemas”.
Se considera que vivimos una crisis global debido a la multiplicación de guerras, el intensificado cambio climático, la impunidad rampante, la deuda asfixiante y la creciente desigualdad. Estas amenazas requieren un enfoque de diálogo y multilateralismo para ser abordadas eficazmente.
El Secretario General António Guterres hace un llamado claro a los líderes mundiales para que vengan y cambien la marea, enfatizando que la cooperación internacional es vital en este momento crítico.
Guterres propone el reforzamiento del multilateralismo y el diálogo a través de la ONU como soluciones clave para enfrentar las diversas crisis globales, incluyendo conflictos bélicos y emergencias climáticas.
Guterres urge a los Estados a presentar planes nacionales alineados con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados, lo cual implica una reducción dramática de emisiones.
Aboga por establecer formas de gobernanza que preserven la agencia humana y utilicen la inteligencia artificial como una fuerza para el bien.
Guterres destaca que la ONU enfrenta una grave crisis financiera que ha llevado a recortes drásticos en operaciones humanitarias y de paz, instando a los Estados miembros a cumplir con sus obligaciones de contribuciones.
A pesar de las dificultades, Guterres expresa determinación en lugar de desesperanza, enfatizando que solo a través de la cooperación y el diálogo se podrá encontrar una salida a los problemas globales.