El pasado fin de semana en la Ciudad de México, Yuki Tsunoda revivió la historia de la Fórmula 1 al conducir el Honda RA272, el vehículo que le dio a la marca su primera victoria en F1 en 1965. Este evento nostálgico también incluyó a Lewis Hamilton, quien tomó el volante del McLaren MP4/5B de Ayrton Senna en Interlagos, donde realizó una emotiva demostración. Otros pilotos como Fernando Alonso y Mick Schumacher también tuvieron la oportunidad de manejar autos icónicos de sus respectivas trayectorias, destacando el Renault R25 y el Benetton B194. Estas experiencias no solo celebran los logros pasados, sino que también conectan a las nuevas generaciones con la rica historia del automovilismo.
Un aire de nostalgia invadió la mañana del domingo en la Ciudad de México. Antes de que comenzara el día de carrera, Yuki Tsunoda se subió al Honda RA272, el vehículo que le otorgó a la marca su primera victoria en Fórmula 1 en ese mismo circuito en 1965. El rugido de su motor V12 resonó por el Autódromo Hermanos Rodríguez.
A pesar de los avances tecnológicos y la precisión de la F1 moderna, momentos como este tienen un impacto especial, especialmente para los pilotos. Desde Lewis Hamilton, quien condujo el McLaren de Ayrton Senna en São Paulo, hasta la emotiva salida de Mick Schumacher en el coche campeón de su padre, estos instantes traen a la vida el pasado glorioso de la F1.
Previo a las competencias en el Autódromo Hermanos Rodríguez, Yuki Tsunoda tomó la pista con el Honda RA272, el mismo automóvil que le dio a Honda su primera victoria como constructor en el Gran Premio de México de 1965. Este evento marcó 60 años desde que Richie Ginther manejó esa máquina blanca y roja, adornada con la bandera japonesa en el morro, logrando una victoria histórica que anunció la llegada de Honda al deporte.
Desde aquel triunfo hace seis décadas, Honda ha regresado al campeonato bajo diversas formas, tanto como constructor como proveedor de motores, acumulando múltiples títulos para pilotos y constructores. La presencia de un piloto japonés como Tsunoda al volante fue una forma perfecta de rendir homenaje a ese legado. Posteriormente, él expresó en redes sociales: “Un momento muy especial y orgulloso para mí”.
Pocos momentos capturan la magia de la historia de la F1 como cuando Lewis Hamilton se adentró en un mojado circuito Interlagos con el McLaren MP4/5B de 1990 perteneciente a Ayrton Senna. Durante una demostración especial durante el fin de semana del Gran Premio de São Paulo 2024, Hamilton completó varias vueltas en esta máquina impulsada por Honda —más vueltas de las que se le habían indicado— admitiendo que no pudo resistirse a seguir conduciendo.
Calificándolo como “el mayor honor de mi carrera”, Hamilton hizo aún más emotivo el momento al desplegar una bandera brasileña desde la cabina del coche, evocando así el gesto que Senna realizó tras ganar su primera carrera en Brasil en 1991. Esta escena resultó apropiada para un piloto con profundas conexiones personales con Brasil; fue allí donde logró su primer título mundial en 2008 y donde fue nombrado ciudadano honorario en 2022. Más de tres décadas después, tanto el coche como el circuito continúan teniendo un fuerte impacto emocional para este siete veces campeón mundial.
Algunos sonidos son inolvidables; entre ellos destaca el agudo grito del V10. Durante la última carrera de la temporada en Abu Dabi en 2020, Fernando Alonso tomó las riendas del Renault R25, su coche ganador del campeonato por unas pocas vueltas después del FP1. Esta vuelta marcaba su regreso al equipo antes del cambio a Alpine al año siguiente. El audaz automóvil azul y amarillo es aquel que lo llevó a conquistar su primer campeonato mundial en 2005, poniendo fin al dominio de cinco años de Michael Schumacher y Ferrari.
Aunque se presentaba como una vuelta demostrativa para celebrar su retorno anticipado al equipo, Alonso nunca tuvo intención de ir despacio. Pilotó el R25 por Yas Marina como si estuviera compitiendo en clasificación, aprovechando cada curva magistralmente mientras disfrutaba del sonido glorioso del motor V10.
No hay mejor manera de celebrar los 75 años de F1 que permitiendo que nuevas generaciones experimenten sus inicios. El novato Haas Ollie Bearman se unió al ex piloto y ganador de Le Mans Martin Brundle para probar dos coches emblemáticos de los años 50 que ayudaron a dar forma a los primeros días del deporte: entre ellos estaba el ERA R4A, utilizado por Bob Gerrard durante el Gran Premio Británico de 1950.
Bajo esta experiencia única, Bearman quedó impresionado: “La potencia y aceleración son realmente impresionantes”, comentó posteriormente a Motorsport Magazine. “De hecho, me sorprendió bastante”. No es común que un joven piloto tenga la oportunidad de cambiar un coche moderno por uno construido cuando la F1 apenas comenzaba a dejar huella.
Estos drives históricos pueden resultar emocionantes e incluso oníricos; sin embargo, no hay garantías sobre cómo se comportarán máquinas tan antiguas. El Ferrari 312 B3-74 perteneciente a Niki Lauda fue sumamente competitivo pero no tan fiable. En 2022 durante una vuelta demostrativa en el Gran Premio Histórico de Mónaco, Charles Leclerc sufrió las consecuencias cuando un problema con los frenos lo llevó a estrellarse contra las barreras.
"Cuando pensabas que ya habías tenido toda la mala suerte del mundo en Mónaco y pierdes los frenos justo antes del Rascasse con uno de los coches históricos más icónicos", resumió Leclerc tras ese momento desafortunado.
En la apertura de temporada celebrada en Australia, Valtteri Bottas tomó las riendas del BAR Honda 001, un hermoso coche que marcó el inicio del camino hacia lo que eventualmente sería hoy Mercedes. A través del tiempo ha pasado por varias eras y propietarios; esta fue una rara oportunidad para celebrar esa historia durante los 75 años de F1.
El BAR 001 exhibe una estética llamativa propia del final de los años noventa con su distintiva librea dividida: Lucky Strike por un lado y 555 por otro. Además fue el primer coche construido en Brackley lo cual añade otra capa significativa a este homenaje histórico.
Sebastian Vettel, siempre apasionado por la historia del deporte automovilístico, tuvo una gran oportunidad durante Goodwood Festival of Speed al conducir el icónico FW14B "Red Five" perteneciente a Nigel Mansell. Este coche dominó la temporada 1992 con diez victorias y sigue siendo considerado uno de los mejores coches en la historia.
No solo disfrutó conduciendo este legendario auto sino que también lo hizo utilizando combustible neutro en carbono como parte de su iniciativa ‘Race Without Trace’. Además pilotó también un McLaren MP4/8 perteneciente a Ayrton Senna dentro del mismo proyecto; ver al cuatro veces campeón mundial pasar ante multitudes repletas con algunos coches legendarios es un sueño cumplido para cualquier aficionado al motorsport.
En 2017, mientras competía aún en F3, Mick Schumacher tuvo un acercamiento personal a su historia familiar durante Spa-Francorchamps. Para conmemorar los veinticinco años desde que su padre logró su primera victoria en Fórmula Uno precisamente allí en 1992, Mick condujo un Benetton Ford B194 —el mismo coche que ayudó a Michael Schumacher a obtener su primer campeonato mundial dos años después— ganando ocho carreras durante esa temporada.
Mick personalizó aún más esta ocasión especial utilizando un casco dividido entre su propio diseño habitual y aquel usado por su padre. “Fue simplemente genial”, comentó posteriormente a BBC Sport. “Fue un placer conducirlo; fue emocional divertido e increíble.” Esta experiencia marcó un hito temprano en su carrera e indudablemente lo inspiró mientras avanzaba hacia ganar títulos importantes posteriormente.