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Aagesen aboga por financiación climática en Sevilla para un desarrollo sostenible

Redacción | Miércoles 02 de julio de 2025

La vicepresidenta del Gobierno, Sara Aagesen, ha defendido en Sevilla la necesidad de una financiación climática innovadora como motor de justicia social y desarrollo sostenible. Durante la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, Aagesen destacó que la financiación climática debe ser vista como una palanca estructural y no solo como una respuesta de emergencia. Subrayó la urgencia de avanzar hacia modelos económicos sostenibles y presentó iniciativas españolas para movilizar capital hacia acciones climáticas efectivas. La vicepresidenta concluyó que la inacción ante el cambio climático es más costosa que actuar y enfatizó la importancia de alinear los flujos financieros con objetivos ambientales y sociales.



La vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, ha inaugurado y moderado el evento especial titulado «From Emergency to Opportunity: Climate finance as a guarantee for Sustainable Development. What innovative solutions can we draw upon?». Este encuentro se enmarca dentro de la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que tiene lugar esta semana en Sevilla.

El panel ha contado con la presencia de destacados participantes como Mahmoud Mohieldin, Campeón de Alto Nivel para el Clima de la ONU; Mark Malloch-Brown, presidente de Open Society Foundations; y Teresa Ribera, vicepresidenta de la Comisión Europea. Todos han coincidido en la necesidad urgente de implementar reformas sistémicas en el sistema financiero internacional, con el fin de movilizar capital hacia una transición verde, justa e inclusiva.

Financiación climática como motor de desarrollo

Aagesen ha enfatizado que la financiación climática debe dejar de ser vista como una mera respuesta a emergencias y transformarse en una herramienta estructural para un desarrollo equitativo y sostenible. “La acción climática es un catalizador de prosperidad, estabilidad y equidad. No es una carga, sino una oportunidad económica de transformación”, ha afirmado durante su intervención.

La vicepresidenta también recordó que 2024 fue el año más cálido registrado hasta ahora, según datos de la Organización Meteorológica Mundial. Esto refuerza la urgencia de avanzar hacia modelos económicos que respeten los límites del planeta. “Sabemos cuál es el camino: abandonar los combustibles fósiles, proteger y restaurar los ecosistemas, así como transformar los sistemas de movilidad y alimentación. Más del 60 % del PIB mundial depende de la salud de los ecosistemas. No podemos seguir ignorándolo”, subrayó.

Prioridades para un futuro sostenible

A lo largo del panel, se abordaron cuatro grandes prioridades:

  • Reformar las normas financieras globales.
  • Impulsar soluciones financieras innovadoras.
  • Aliviar la presión de la deuda en países vulnerables.
  • Movilizar financiación privada con impacto real.
  • Aagesen destacó que la ciencia debe estar en el centro de la toma de decisiones y abogó por alinear las ambiciones climáticas y de biodiversidad con los flujos financieros disponibles. “Contamos con el capital necesario. Lo que falta es voluntad política, coordinación internacional y herramientas eficaces que lleguen a las comunidades afectadas”, declaró.

    En este contexto, presentó varias iniciativas que España ya está promoviendo, tales como los canjes de deuda por acción climática y desarrollo, los bonos verdes, las cláusulas de suspensión ante desastres climáticos, así como los mecanismos de financiación basada en resultados. También resaltó la importancia de redirigir los derechos especiales de giro hacia objetivos verdes y sociales.

    Móvilización conjunta hacia soluciones efectivas

    A través de la Plataforma Sevilla para la Acción, España está movilizando más de 130 iniciativas conjuntas entre actores públicos y privados con el objetivo de acelerar soluciones efectivas. Hasta ahora se han activado 1.600 millones de euros en canjes bilaterales de deuda, con un compromiso firme para incrementar esta cifra.

    Aagesen concluyó su intervención recordando que “el coste de la inacción supera con creces el coste de actuar”. Añadió que no se puede exigir a un país elegir entre pagar su deuda o proteger a su población frente a desastres climáticos. “La financiación climática no es caridad; es inversión en las personas, su estabilidad y nuestro futuro compartido”, afirmó contundentemente.

    La noticia en cifras

    Cifra Descripción
    2024 Año más cálido registrado hasta la fecha.
    60% Porcentaje del PIB mundial que depende de la salud de los ecosistemas.
    130 Número de iniciativas conjuntas movilizadas por España.
    1.600 millones de euros Cantidad activada en canjes bilaterales de deuda.

    Preguntas sobre la noticia

    ¿Qué defendió la vicepresidenta Sara Aagesen en Sevilla?

    La vicepresidenta Sara Aagesen defendió que la financiación climática debe dejar de ser vista como una respuesta de emergencia y convertirse en una palanca estructural para el desarrollo justo, inclusivo y sostenible.

    ¿Cuáles son las prioridades abordadas en el panel sobre financiación climática?

    Se abordaron cuatro grandes prioridades: reformar las normas financieras globales, impulsar soluciones financieras innovadoras, aliviar la presión de la deuda en países vulnerables y movilizar financiación privada con impacto real.

    ¿Qué iniciativas está impulsando España en el ámbito de la financiación climática?

    España está impulsando iniciativas como los canjes de deuda por acción climática y desarrollo, bonos verdes, cláusulas de suspensión ante desastres climáticos y mecanismos de financiación basada en resultados.

    ¿Qué importancia tiene la ciencia según Aagesen?

    Aagesen subrayó que la ciencia debe estar en el centro de la toma de decisiones y llamó a alinear la ambición climática y de biodiversidad con los flujos financieros.

    ¿Cuál es el mensaje final de Aagesen sobre la financiación climática?

    Aagesen concluyó que el coste de la inacción supera con creces el coste de actuar, afirmando que la financiación climática no es caridad, sino inversión en las personas y su estabilidad.

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