El texto recoge una duración de dieciséis semanas, ampliables en el supuesto de nacimiento múltiple en dos semanas más por cada hijo. Las primeras dos semanas serían de disfrute obligatorio para ambos progenitores y deban tomarse inmediatamente después del nacimiento del bebé.
Las catorce restantes deberán ser disfrutadas antes de que transcurran doce meses a partir del nacimiento, y podrán tomarse en bloque o fracciones si se llega a un acuerdo con la empresa. Cuatro de ellas serán de disfrute obligatorio y a tiempo completo, mientras que “la madre biológica” –recoge la proposición de ley- podrá comenzar el permiso cuatro semanas antes del parto.
“Estamos para corresponsabilizarnos”, defendió el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, encargado de defender esta iniciativa que en realidad parte de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (Ppiina). “Mi pareja tiene derecho a no ser discriminada laboralmente y mis hijos a crecer en un clima familiar no sexista”, defendió.
La socialista Esther Peña afirmó que “la maternidad no puede seguir siendo un obstáculo para las mujeres en el terreno laboral”, mientras que la diputada Patricia Reyes (Ciudadanos) consideró que los permisos igualitarios son una “cuestión básica” y recordó que los incorporaron a su programa electoral.
Desde el PP, aunque su partido había vetado en dos ocasiones esta proposición de ley, su diputada Carmen Dueñas anunció que “en aras de la responsabilidad” votarían a favor. “Esto es avanzar en igualdad con hechos”, dijo la parlamentaria. Y es que los populares bloquearon el trámite de esta iniciativa previamente al entender que suponía un aumento del gasto público de más de 3.500 millones de euros.
PERÍODO TRANSITORIO Y DISCAPACIDAD
Para aplicar en su plenitud los permisos iguales, intransferibles y pagados al cien por cien, la proposición de ley prevé un período “transitorio” en el que el número de semanas que la madre biológica podrá ceder al otro progenitor vaya disminuyendo conforme se va ampliando el periodo no cedible.
Así hasta que cada permiso parental para la crianza llegue a ser un derecho pleno de catorce semanas más las dos primeras semanas obligatorias para cada uno sin distinciones. En el supuesto de discapacidad del bebé, el permiso tendrá una duración adicional de dos semanas.
No obstante, la propuesta admitida a trámite se abrirá ahora a un período de enmiendas en el que los grupos parlamentarios podrán modificar el contenido de la ley hasta que finalmente sea aprobada.
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