Desde que internet se empezara a popularizar a principios de los 90, todos los aspectos de nuestras dinámicas sociales se han ido modificando aceleradamente y la tecnología se ha interpuesto como un puente para desarrollar y explotar las relaciones sociales. El amor, cómo no, no podía ser la excepción.
Los portales de citas existían desde mucho antes, cuando los ordenadores empezaban a ser una moneda de cambio en todas las empresas y a alguno se le ocurrió crear un algoritmo de emparejamiento para poder “ayudar” a las personas interesadas a encontrar a alguien afín a sus gustos y necesidades. Lejos estaban estos tiempos modernos en los que las puntuaciones de portal de citas estaban a una sola búsqueda online; en aquel entonces quien quisiera ser parte de este giro del azar debía rellenar un formulario personalmente y pasar una pequeña entrevista en la que expresaba sus gustos, intereses y pasatiempos, así como las expectativas que tenía en conocer a alguien más. Toda esta información quedaba registrada y el algoritmo hacía su trabajo al relacionar a dos personas con intereses similares.
Este mecanismo fue efectivo hasta que llegó la revolución del internet y los teléfonos móviles. Aquel señor en una oficina que recogía tus datos personales pasó a ser reemplazado directamente por una pantalla y el algoritmo mutó hasta transformarse en algo completamente fácil, sencillo y rápido de usar. Y, sobre todo, el internet convirtió la dinámica de interacción social y afectiva en algo muy personal.
La caída de un tabú
Otra de los cambios positivos y en cierta medida revolucionaros que han traído consigo las aplicaciones para conocer gente, es la caída de aquel tabú obsoleto que afirmaba que solo las personas desesperadas recurrían a estos métodos. Actualmente son varias las aplicaciones mundialmente populares que no solo han logrado invertir esta afirmación y convertir su uso en algo cool y de moda, sino que logró poner las dinámicas románticas digitales como parte de la cultura popular. Películas, series y canciones hablan de conocer gente por internet y personalidades famosas como Laverne Cox (actriz de Orange is the new black) alardean públicamente de haber conocido a su pareja utilizando alguno de estos sitios.
El lado oscuro
Aunque las ventajas son numerosas, no podemos dejar de mencionar un par de desventajas que acarrea relacionarnos por internet. La primera que debemos mencionar es que el amor, aquí, entra enteramente por los ojos. Los perfiles públicos están sustentados en fotografías y a veces pequeños textos complementarios, lo que muchas veces nos lleva a descartar posibles candidatos basados únicamente en su apariencia. Hay que mencionar que esto no es necesariamente una constante y que en muchas ocasiones, una foto puede ser un buen punto de partida para romper el hielo.
La segunda desventaja es de seguridad. Esta es, en general, una de las principales desventajas de las redes sociales: al relacionarnos con personas que no hemos visto en vivo, podemos caer en el riesgo de revelar información personal demasiado pronto, sin mencionar toda la información personal que sacrificamos únicamente para registrarnos. Sin embargo, hay que mencionar que este último punto ha ido mejorando a nivel legislativo, como quedó reflejado recientemente en la reciente actualización de la política europea de protección de datos.
Conclusiones
Lo cierto es que los portales de citas, aplicaciones y demás herramientas digitales que nos permitan relacionarnos, traen muchas ventajas que depende de nosotros aprovechar. Sea porque estemos buscando el amor verdadero o simplemente por fanas de ampliar nuestro círculo social, las relaciones personales modernas son todavía un libro abierto en el que no hay nada escrito… Al menos no definitivamente.
Si (
No(
